Palabras de Mario Mazzitelli en una charla realizada en la Facultad de Ciencias Económicas.
Nosotros entendemos que vivimos en una Argentina semi colonial, es decir es un país que inició una revolución hace 200 años, que viene luchando desde aquél entonces por su soberanía y que todavía no la alcanzó. No la alcanzó en muchísimas áreas, por ejemplo en términos territoriales; todos sabemos que reivindicamos nuestro territorio y tenemos título para hacerlo, desde La Quiaca hasta el Polo Sur, incluyendo las Islas Malvinas, Giorgias y Sándwich del Sur y su proyección antártica. Sin embargo, en estos días, el Gobierno Británico no solo ratificó la usurpación de las Malvinas sino que reivindica soberanía sobre las otras islas; hicieron una zona de exclusión primero, después llevaron eso a las 250 millas, luego a las 350 millas con su proyección antártica, reivindicando para el Imperio Británico nada menos que una superficie aproximada, entre lo que le roban a Chile y a la Argentina, de 4 millones 700 mil kilómetros cuadrados.
La deuda externa es una de las bombas de saqueo permanente y sistemática y nosotros lo venimos denunciando, de la misma manera que esa minería que contamina, que destroza y que es saqueada sistemáticamente porque ni siquiera se la puede reivindicar desde el punto de vista del progreso económico porque eso es saqueado, para decirlo en pocas palabras, en un cien por ciento; prácticamente se llevan todo, no pagan impuestos, luego dicen que es lo que se llevaron, no le queda al país prácticamente nada y en algunos casos, además, los premiamos con reintegros a la exportación por lo que logran el extraordinario privilegio de llevarse más del cien por cien, que sería el máximo que uno se imagina que le pueden robar. Esto es lo que ocurre en el área de la minería, en el área del petróleo.
Sucede lo mismo en el área de los servicios públicos que se han entregado. Servicios públicos y áreas estratégicas que generan rentabilidades extraordinarias y esas rentas extraordinarias, porque son monopolios u oligopolios, también son fugadas al exterior. Somos un país absolutamente saqueado, dependiente, dominado y naturalmente que ningún país es dominado durante tanto tiempo, salvo en rosas etapas, que son la excepción que confirma la regla, si no hay adentro de ese país un sector social, una clase, que posibilitan este dominio sobre una Nación que se pretende así misma soberana. Y ahí tenemos, los sectores más concentrados de la economía, como el sector de las finanzas. El sector de las finanzas es un sector internacionalizado que poco tiene que ver con el destino del conjunto de los argentinos y sobre todo una banca que ha sido responsable permanente de la fuga de capitales, fuga de capitales que se produce repetidas veces y que en los últimos dos años alcanza, mas o menos, la cifra de 38 mil millones de dólares. Significar en la cabeza lo que es esa cifra es muy difícil. Entonces somos un país saqueado por donde se lo mire.
¿Cómo se lucha frente a esto? Yo creo que básicamente hay dos sectores que luchamos contra eso: un sector que proviene del nacionalismo popular, histórico en la Argentina y otros que reivindicamos la transformación profunda de la sociedad, es decir que no nos quedamos en una reivindicación de carácter nacional sino que pretendemos una transformación social, profunda y radical, no en el sentido de la UCR, ustedes me entenderán. ¿Cómo se lucha frente a esto? En la década del setenta nos planteábamos alternativas. Ahora, yo creo que hay que votar y yo creo que el voto no hay que concebirlo como una dádiva de los poderosos; es cierto en algún sentido, pero no es cierto en forma absoluta. Hay muchas luchas por ese voto, hay muchos muertos por ese voto, no apareció de la noche a la mañana, quienes atravesamos la dictadura sabemos eso.
Nosotros desde Proyecto Sur planteamos que estas transformaciones profundas hay que hacerlas en este marco institucional, pero este marco institucional, no nos confundamos, es cierto que es absolutamente limitado, es apenas democracia electoral y pretender que lo electoral es la Democracia con mayúscula sería hacer de una de las caras el todo. Nosotros creemos que si, que hay que participar electoralmente, que hay que convocar a votar y que es una herramienta incuestionable porque seguimos creyendo que todavía el Estado es un vector de poder absolutamente imprescindible para producir los cambios que anhelamos. Creo que ahí está el ejemplo de Evo Morales, que llega por el sufragio universal y que, en forma pacífica, se replantea la recuperación de la renta petrolera de una forma absolutamente inteligente. Se pueden hacer las transformaciones y es necesario, creemos nosotros, luchar por recuperar el Estado.
¿Esto quiere decir que nosotros, desde Proyecto Sur, creemos en esto de que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes? No, absolutamente no. Nosotros creemos que el pueblo delibera y gobierna y que la soberanía reside en el pueblo y que hay instituciones que hay que incorporar como es la revocatoria de mandato. Entendemos que esta es una democracia absolutamente imperfecta y que habría que ir, con toda seguridad, a la convocatoria de una asamblea constituyente que dé origen a otra Constitución Nacional.
Pero ¿Cómo hacemos? Nosotros creemos que será a través de la acción permanente y sistemática y de la organización y de los debates que van surgiendo en el seno de nuestro pueblo que, comprendiendo cada vez mejor qué es lo que pasa, naturalmente podrá revertir estas condiciones. Cuando se revertirán no lo sabemos. Lo que si sabemos es que estas crisis del Capitalismo, no es una crisis más, que da la sensación de ser una crisis civilizatoria, es decir que el Capitalismo ha entrado en una etapa donde cuanto más invierte, más miseria produce; cuando más avanza, más desocupados produce; cuanto más innova científica y tecnológicamente, más excluidos hay en la tierra. Cuando el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se plantea, como fórmula para enfrentar la crisis, invertir en ciencia y tecnología para multiplicar los bienes que se producen lo que va a hacer es, razonablemente, agudizar todas las contradicciones del sistema, no las va a resolver. Ocurre que aunque no se resuelva esta contradicción, los tiempos de la historia no siempre son de la rapidez que necesitamos, pero nosotros estamos convencidos de que esta es una crisis civilizatoria que está marcando el fin de una era.
Pero el final de una era, por decirlo muy simplonamente, genera dos posibilidades, bifurca los caminos, uno es por derecha y otro es por izquierda. El camino por derecha es la violencia, el camino por derecha es como resolvieron la crisis del treinta, con la guerra, es la apropiación por parte de las clases dominantes de las riquezas existentes y defenderlas a sangre y fuego y hay otra respuesta, que tiene que ver con la posibilidad de generar una sociedad basada en otros valores, en otros principios, con otra organización, con otra participación del pueblo en la resolución de todos y cada uno de sus problemas que, desde mi punto de vista, sigue teniendo el nombre de Socialismo. Por eso nosotros, desde Proyecto Sur, estamos planteando un nuevo Socialismo para la Argentina y para América Latina como respuesta integral a los formidables problemas que tenemos por el modelo nativo pero también por la crisis global del Capitalismo
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