EL AMOR Y LA REVOLUCIÓN

Por Facundo Bravo.

“Aunque parezca ridículo, voy a hablar del amor”, nos manifestó alguna vez el Che.
No era ridículo, tampoco insensato. Con sus palabras, tan fuertes como dulces, tan dolorosas como esperanzadoras, sentaba una nueva mirada alrededor de las revoluciones tercermundistas. Hoy retomamos su legado y reflexionamos: La Revolución será con amor o no será.

Estamos ante una situación que debe endurecernos, hacernos fuertes para continuar la lucha, pero (otra vez parafraseando al Che), sin perder la ternura ¿Hasta donde puede llegar la codicia del hombre? Sin dudas no hay límites en las cabezas burguesas, que sólo piensan en fines de lucro, cuando hay millones de pibes con panzas llenas de nada y piecitos al aire libre.
La pobreza, el hambre, la desigualdad, la injusticia, no va a revertirse con más de lo mismo: necesitamos una Patria para todos, que sólo realizaremos derrocando al sistema, creando uno nuevo. Algunos le llamaron Socialismo Siglo XXI. Y aclararon, del Siglo XXI, para que nadie se confunda: no queremos armas, no más violencia, sin dictaduras. Sólo en paz, con libertad.
Pero cuando nos preguntamos: ¿Cómo se logra eso? La respuesta es una sola: con mucho amor. Que no es lo único, pero sí lo más importante. También hay que tener creatividad para idear ese nuevo sistema, voluntad militante para comprometerse con la Causa Socialista y con la Patria, alegría para actuar con la más grande de las sonrisas (porque la causa lo justifica), sacrificio y confianza para saber que todo lo que nos propongamos es posible. Porque somos jóvenes, porque soñamos, porque amamos.

La Juventud no es el futuro, sino el presente y (una vez más, trayendo al Che), si el presente es lucha, el futuro es nuestro. Por eso debemos luchar. Pero nunca olvidándonos de que la lucha no es sin amor. Porque el cariño hacia lo nuestro, hacia los nuestros, es lo que nos impulsa a decir basta: basta de saqueo, basta de hambre, basta de codicia, basta de injusticia, basta de desigualdad, basta de atropellos, basta de corrupción, basta de individualismo. Practiquemos el Nuevo Hombre, con el ejemplo del Che. Diseñemos el Nuevo Mundo. Por los que lucharon, por los que ya no están. Para nosotros, para nuestros hijos. Por todos y para siempre.
Sólo el amor nos salvará.

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