SECESIONISMO EN VENEZUELA

PATRIA O SEPARATISMO ES LA CUESTIÓN
Durante este mes de marzo, se dio en Venezuela una nueva batalla contra el imperialismo que volvió a poner en discusión un tema bastante recurrente en el escenario político latinoamericano actual: el autonomismo y el Estado central.
Por Facundo Bravo

El jueves 12, la Asamblea Nacional aprobó una reforma a la Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencias del Poder Público Nacional, la cual establece las competencias del Estado Nacional y los provinciales y municipales sobre los puertos, aeropuertos, rutas y autopistas.
Luego de dos largos debates en el cuerpo legislativo, la reforma fue aprobada y el Estado Nacional podrá intervenir en la administración de los caminos acuáticos, aéreos y terrestres en los casos que crea necesario.
La cuestión comenzó en abril de 2008 cuando el gobernador de Trujillo, Gilmer Vitoria, declaró incompetente a su Estado provincial para manejar el Aeropuerto trujillano, debido a escasez de recursos financieros. El 15 de abril de 2008, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, mediante la Sentencia 565, exhortó a la Asamblea Nacional a modificar la Ley de Descentralización ya que, luego de observarla, la consideró inconstitucional por no corresponderse con la carta magna de la República Bolivariana de Venezuela en lo que respecta a principios de fortalecimiento del Estado Nacional y coordinación con estados municipales y provinciales.
La derecha venezolana aprovechó para emular a las oligarquías boliviana y ecuatoriana: volvió a la carga con un intento secesionista, vestido de proclama autonomista. La media luna venezolana es su franja occidental, Caracas y Miranda son los fuertes desde los cuales la derecha dispara balas separatistas, intentando herir de muerte a la patria de Bolívar. Los cipayos del imperialismo en Venezuela son viejas caras renovadas, ayer con el neoliberalismo, hoy con la autonomía, siempre con el golpismo y la sumisión a los intereses foráneos.

PEONES DEL IMPERIO
Una vez sancionada la reforma, cuatro alcaldes y un gobernador declararon que van a desconocer la reforma, lo cual sería un acto inconstitucional. Al frente del levantamiento se encuentra el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski.


Este personaje es el mismo que, durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, ingresó (en la tarde del día 12) a la embajada de Cuba, aduciendo que allí se escondía Diosdado Cabello, el vicepresidente depuesto. Durante el hecho, Capriles Radonski llegó hasta el punto de intentar realizar una pesquisa en la embajada, lo cual no le fue permitido por los funcionarios cubanos.
Uno de los alcaldes que se sumó a la protesta y la desobediencia civil es el burgomaestre del Distrito Metropolitano, Antonio Ledezma, un viejo militante de Acción Democrática que, junto al COPEI, fue una de las dos agrupaciones que practicó el bipartidismo (producto del Pacto de Punto Fijo de 1958) de las cuatro décadas anteriores a la llegada del movimiento bolivariano. Ledezma fue alcalde y vicepresidente del senado durante el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez. Fue, además, el encargado de realizar las alianzas necesarias con el objetivo de captar los votos para aprobar la Reforma Constitucional de 1994 que profundizaría el modelo neoliberal y que finalmente no llegó a concretarse. Durante su mandato como alcalde del Municipio Libertador, electo en 1995, realizó una “limpieza” de vendedores ambulantes, dejándolos sin empleo e impulsó la repatriación de inmigrantes.
El otro polémico alcalde opositor que encabeza la cruzada autonómica es el mandatario de Chacao, Emilio Graterón, hijo de papa rico, estudió en la privada Universidad Católica Andrés Bello, al igual que todos sus compañeros de lucha, y obtuvo su título de Negociador certificado por el Modelo de Negociación en la Universidad de Harvard. Graterón fue integrante de un grupo del partido liberal Primero Justicia (PJ) que se escindió del mismo para integrar las filas del partido Un Nuevo Tiempo, liderado por el hombre más rico de Venezuela, Manuel Rosales. Junto con Graterón se fue una parte importante de líderes de PJ, entre los cuales se encuentra otro de los alcaldes que se levantaron frente la nueva Ley de Descentralización, Gerardo Blyde.
Este es el alcalde de Baruta, primo del oligarca Isaac Pérez Recao, accionista de empresas petroquímicas, dueño de empresas de construcción y fincas agropecuarias en Argentina, Costa Rica, Venezuela y España y fabricante de armas. El último de los líderes de la oposición es el alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, quien fuera consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y trajera desde Washington programas de asistencialismo, cuando gobernaba Pérez, cuando Venezuela no era de todos, sino para pocos. Esa es la Venezuela que la oposición quiere que vuelva, la del neoliberalismo, el hambre, la miseria, la desocupación, la indignidad. Esa no es la Venezuela de Bolívar.

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